Un organismo de investigación creciente sugiere que la inseguridad alimentaria es un factor de riesgo conocido por los resultados negativos que tiene sobre la salud mental, incluido el aumento del estrés, de la depresión y de la ansiedad. Cuando los padres tienen un acceso limitado a alimentos nutritivos suficientes, muchos de ellos informan que pasan hambre para alimentar a sus hijos. Esto puede tener un efecto negativo en su propia salud física y mental y en sus interacciones con sus hijos. Al evaluar a las familias para detectar la inseguridad alimentaria, es importante reconocer que esta puede ser una experiencia traumática para las familias, podrían sentirse avergonzadas o preocupadas de ser vistas como personas que no saben cuidar de sus hijos. Es importante ser sensible a los sentimientos que podría tener una familia durante estas conversaciones.
El trauma, incluida la pérdida y el abandono, puede afectar la relación de los niños con la comida. Esté atento a los cambios en los hábitos de alimentación, estos podrían ser una señal de que un niño no está recibiendo suficiente comida en casa o una indicación de que un niño puede estar respondiendo a un evento traumático. El trauma puede resultar en que un niño consuma alimentos para calmarse, acumule alimentos o muestre otros hábitos alimentarios desordenados. El personal responsable por los servicios de comidas puede consultar con el asesor de salud mental para bebés y niños pequeños del programa para comprender el significado de este comportamiento.
Cuando una familia dice que no tiene suficiente dinero para alimentos, es posible que necesiten ayuda para obtener alimentos de inmediato y deban contactarse con programas de asistencia alimentaria.
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Resource Type: Artículo
National Centers: Centro Nacional de Salud, Salud del Comportamiento y Seguridad
Audience: Directores y gerentes
Última actualización: October 31, 2023