El horario diario ordena las actividades que tienen lugar cada día y describe cómo se espera que estas fluyan, su orden y su duración (aunque no necesariamente la hora exacta).[11] Los horarios son importantes porque:
- Ofrecen regularidad y predictibilidad, lo cual ayuda a los bebés y niños pequeños a desarrollar una sensación de confianza y seguridad.
- Les da a los maestros, proveedores de cuidado infantil familiar y visitadores del hogar un marco para planificar y hacer buen uso del tiempo que pasan con los niños.
- Proporcionan un vínculo entre el hogar y la escuela y tranquilizan a las familias, especialmente aquellas cuyos hijos están en cuidado grupal, sobre lo que estos están haciendo durante el día.[12]
Si bien la regularidad y la predictibilidad son características importantes de los horarios, la flexibilidad es igual de importante. Esto significa que los horarios se pueden modificar en el momento para satisfacer las necesidades individuales de los niños o las necesidades del grupo, aprovechar las "oportunidades de enseñanza" y mantener un ritmo regular y sin prisas. Los horarios también se pueden modificar a largo plazo a medida que las necesidades y habilidades de los niños cambian con el tiempo. (Consulte 45 CFR 1302.31(c)(1).)
Otras características de los horarios[13], especialmente para entornos de cuidado grupal son, entre otras:
- Las actividades importantes ocurren en el mismo orden todos los días.
- Hay tiempo suficiente para el cuidado de rutina y las transiciones de una actividad a otra.
- Hay un equilibrio entre los períodos activos y los períodos tranquilos.
- Hay oportunidades para estar solos, con un adulto familiar y con pequeños grupos de niños.
- Hay oportunidades para pasar tiempo al aire libre.
Julia, una proveedora de cuidado infantil familiar de MSHS, comienza el día programático a las 6 a. m., cuando los padres de Danilo, de 4 meses, lo dejan cuando van camino al trabajo en un naranjal cercano. A las 7 a. m., otra familia de trabajadores agrícolas migrantes ha traído a sus gemelos de 3 años, Marisol y Miguel, y una tercera familia ha traído a Yessenia, de casi 2 años. Julia, una extrabajadora agrícola migrante, sabe lo impredecible que puede ser la vida de estas familias, quienes van de un lugar a otro en busca de trabajo en la recogida de cítricos. Por lo tanto, Julia se asegura de seguir un horario regular y predecible para sus niños: desayuno, juego en interiores, merienda, juego al aire libre, siesta, merienda, juego en interiores, juegos al aire libre y salida.
Sin embargo, la rutina de cada niño es un poco diferente dentro de ese horario. Danilo toma varias siestas durante el día y se alimenta cuando quiere. Yessenia está renunciando a su siesta matutina, pero tiende a dormirse antes de la "hora programada de la siesta". Julia se adapta a la siesta temprana de Yessenia guardando su almuerzo hasta que se despierta, por lo general una hora antes que los gemelos. Julia sabe que estos ligeros ajustes son importantes y ayudan a cada niño a sentirse seguro y valorado.
Los bebés como Danilo siguen horarios individualizados para dormir, comer, cambiar los pañales y jugar. Un horario único no sería apropiado para ellos. Esto significa que los maestros y los proveedores de cuidado infantil familiar probablemente tendrán tantos horarios como bebés. Por ejemplo, en un momento dado, un bebé puede estar durmiendo la siesta, otro tomando su biberón, y un tercero jugando con un bloque de tela en el suelo.[14] Las familias son fuentes primarias de información sobre cuándo sus hijos comen, duermen la siesta, son más activos, etc. En un cuidado regular desde un punto de vista cultural, el momento de estas rutinas de cuidado y los tiempos en que los niños están despiertos para jugar en un entorno de cuidado grupal deben coincidir lo más posible con la hora en que tienen lugar en la casa. La continuidad cultural, especialmente para los niños pequeños, permite el desarrollo ininterrumpido de la identidad de los niños.
La gestión de estas programaciones individuales requiere cierta planificación. El conocimiento acerca de cada niño puede ayudar al personal a predecir cuándo un niño puede cansarse, tener hambre o necesitar un cambio de pañal; a su vez, el personal puede tomar medidas para prepararse, como buscar suministros de pañales o catres con anticipación o coordinar responsabilidades de cuidado con otro adulto. Usted puede trabajar con maestros y proveedores de cuidado infantil familiar para determinar cómo manejar los horarios individuales de los niños dentro de un entorno de cuidado grupal.
Los horarios para los niños pequeños en el cuidado grupal pueden ser más regulares y orientados al grupo. Por ejemplo, los niños pequeños pueden comer juntos, salir juntos, tomar siestas al mismo tiempo y reunirse por períodos cortos en pequeños grupos y escuchar historias, música y tener experiencias de movimiento. Los maestros y los proveedores de cuidado infantil familiar pueden crear horarios visuales simples con fotos o dibujos que muestren los sucesos diarios y cuándo tienen lugar para ayudar a los niños a entender lo que sucede y cuándo. Sin embargo, los niños pequeños como Yessenia todavía tienen horarios individuales para el cuidado de rutina, así como momentos en los que necesitan estar lejos del grupo o uno a uno con un adulto familiar y confiable. Respetar los horarios individuales de los niños pequeños y la cultura del hogar es tan importante como respetar los horarios de los bebés y la cultura del hogar. Las aportaciones de la familia siguen desempeñando un papel central.
Los horarios son igual de importantes en los programas basados en el hogar. Aquí, el enfoque está en el horario diario del bebé o niño pequeño dentro del contexto más amplio de la vida de su familia. Debido a que la meta de los servicios basados en el hogar es apoyar las relaciones entre padres e hijos, los visitadores del hogar pueden hablar con las familias sobre los aspectos para forjar relaciones con las rutinas y otros sucesos diarios, el valor de crear y seguir un horario para su hijo, cómo cambiar un horario puede afectar a su hijo y temas relacionados. Los visitadores del hogar pueden modelar la creación y el seguimiento de un horario, creando uno junto con la familia y usándolo durante las visitas semanales al hogar. Comenzar y terminar la visita al hogar de la misma manera y seguir el mismo orden de experiencias durante las visitas al hogar proporciona predictibilidad y una sensación de seguridad que satisface las necesidades individuales de cada niño y familia.
Un aspecto importante del horario diario son las transiciones. Los bebés y los niños pequeños experimentan muchas transiciones (cambios) durante el día; por ejemplo, entre las rutinas y las experiencias, las llegadas y salidas, y salir a jugar y volver a entrar. Las visitas al hogar y las socializaciones grupales también incluyen transiciones. Cada niño experimenta y maneja las transiciones de manera diferente; el cambio es más difícil para algunos niños que para otros, por lo que las transiciones pueden ser algunos de los momentos más difíciles del día. Los bebés y los niños pequeños confían en los adultos para que les proporcionen una sensación de seguridad y continuidad a medida que van experimentando esos cambios. Individualizar las transiciones es una manera de proporcionar la estabilidad que necesitan los bebés y los niños pequeños. Lea Hablemos de... Las transiciones para obtener más información.
[11]Koralek, et. al., Caring for Infants and Toddlers (en inglés) [Cuidar a bebés y niños pequeños], 2.ª edición, página 115.
[14]Zero to Three, Caring for Infants & Toddlers in Groups (en inglés) [Cuidar a bebés y niños pequeños en grupos], página 35.
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Resource Type: Artículo
National Centers: Desarrollo, enseñanza y aprendizaje en la primera infancia.
Age Group: Bebés y niños pequeños (en inglés)
Audience: Directores y gerentes
Última actualización: September 12, 2024