¡Mírame Crecer!
Narradora: Hablemos de una de las maravillas del ser humano.¿Ha observado qué rápido crecen y se desarrollan los niños? Un día los tenemos acurrucados cómodamente en nuestros brazos y unos meses después ¡prefieren gatear por todos lados!
Durante sus primeros tres años, los niños se desarrollan más rápidamente que en cualquier otro momento de la vida. Lo más fascinante de verlos crecer es que cada uno se desarrolla a su manera... Y en esta etapa de la vida de un niño, los padres y el ambiente que los rodea cumplen una función importante en el desarrollo social-emocional de un niño.
Las interacciones dentro y fuera del hogar le permiten aprender las costumbres, los valores... y el lenguaje de su propia cultura. Para apoyarlos, necesitamos entender cómo se desarrollan.
Hablemos de 2 principios importantes del desarrollo infantil. El primer principio es que el desarrollo tiene una secuencia predecible y gradual y el segundo principio es que el desarrollo va de lo simple a lo complejo. ¿Suena complicado? En realidad no lo es.
Hablemos del tema en detalle. ¿Qué les parece? Pues, bien. Primer principio: el crecimiento y desarrollo infantil tienen una secuencia predecible y gradual. Esto significa que el desarrollo sigue un orden.
En general, podemos predecir ese orden o secuencia. Por ejemplo, los bebés aprenden a apoyarse en sus brazos estando boca abajo antes de darse vueltas; se dan vueltas antes de sentarse; se sientan antes de gatear; y gatean antes de caminar.
Todo el desarrollo sucede gradualmente, es decir poco a poco. No todos los niños tienen el mismo ritmo de desarrollo, de la misma manera que no existen dos bebés idénticos. Algunos caminan al año pero
muchos lo hacen alrededor de los 18 meses.
En algunos casos, el orden puede variar. Aquí observamos a un bebé de 8 meses que prefiere practicar sostenerse de pie en vez de practicar a gatear. ¡Los bebés demuestran sus preferencias a muy temprana edad! ¿No les parece?
Cada etapa del desarrollo infantil se basa en el desarrollo anterior; es decir, una habilidad da lugar a otra habilidad. Tomemos como ejemplo el desarrollo motor grueso, o sea, el uso de los músculos grandes que le permiten moverse. Un bebé empieza por controlar los músculos de su cabeza y cuello, después los de la espalda para poder girar hacia los lados y mantenerse sentado o arrastrarse, y después el control de las piernas y brazos para gatear y caminar.
Cada paso del desarrollo que ilustramos aquí se basó en el desarrollo que logró anteriormente. Cuando hablamos del desarrollo infantil, por lo general, nos referimos a las diferentes áreas o dominios del desarrollo. Estas áreas del desarrollo son: el desarrollo físico, como por ejemplo, correr o patear una pelota, o el uso de las yemas de los dedos para recoger algo.
El área del desarrollo social-emocional, como los sentimientos y las emociones. El desarrollo cognitivo, como separar piezas por su forma y color, y el área del desarrollo del lenguaje. Todas las áreas del desarrollo tienen un nombre diferente pero lo importante recordar es que no se pueden separar, todas se relacionan entre sí.
Por ejemplo, un bebé empuja una silla porque ha fortalecido los músculos de las piernas pero también porque entiende que puede hacer funcionar algo En este caso, el desarrollo físico y el desarrollo cognitivo están relacionados.
El desarrollo no es uniforme en todas las áreas. Es posible que un niño haga muchos avances en su desarrollo físico y menos avances en su desarrollo del lenguaje.
Un bebé de nueve meses pudiera gatear por toda la sala de los bebés, y, sin embargo, no hacer sonidos cuando juega con un adulto. Otro niño de la misma edad ya hice “ma-ma”, “pa-pa”, “no”, “a-gua”, pero aún no gatea. Se divierte mucho estando sentado. El desarrollo físico de estos dos niños será igual, pues a pesar de las diferencias, estos dos niños aprenderán a caminar alrededor del año y medio. Y cuando tengan edad para ir a kindergarten, los dos podrán caminar hasta la escuela, si así lo quisieran.
Pues bien, hemos hablado del primer principio, que el desarrollo sigue un orden, una secuencia predecible en la mayoría de los niños, y todas las áreas del desarrollo están relacionadas ¿Estamos listos para el segundo principio?
El segundo principio: El crecimiento y desarrollo va de lo simple a lo complejo. Esto quiere decir, el desarrollo gradualmente va de lo sencillo a lo más complicado. Como por ejemplo, aprender a levantar un bloque solo con una mano para después aprender a apilar varios bloques y hacer una torre. Para ilustrar el principio de lo simple a lo complejo, hablemos del desarrollo motor fino, como cuando un bebé usa sus manitos y deditos para manipular objetos.
Durante el primer mes, el bebé siempre tiene el puño cerrado. Aproximadamente dos meses después, descubre sus manos y empieza a observarlas. Luego intenta alcanzar objetos. Los recoge con toda la palma de la mano, se lo lleva a la boca, o lo pasa de una mano a otra.
Finalmente, refinará esa habilidad cuando empiece a usar el dedo índice y el pulgar para agarrar cosas pequeñitas, como un granito de arroz, y, cuando menos lo espere, recogerá todo lo que esté a su paso. Esas habilidades sencillas, le servirán para mañana más tarde poder usar palillos para comer, o sostener una pieza del rompecabezas, y en un futuro, sostener un lápiz.
La vida es cambio. Los niños pequeñitos cambian constantemente y desarrollan nuevas habilidades día a día. El desarrollo “típico simplemente se refiere a lo que la mayoría de los niños hacen dentro de un tiempo “esperado” o “deseado”. Con este conocimiento sobre los principios básicos del desarrollo, podrá comprender lo que se puede esperar de los niños y cuándo lo puede esperar.
De esta manera, podremos tener expectativas razonables, o adaptar nuestras expectativas a lo que es la realidad de cada uno de nuestros niños. Recordemos, todos se desarrollan a su manera y cada bebé es único.
CerrarVea este breve video que explora los principios básicos del desarrollo infantil. Esta información puede ayudar al personal a apoyar e individualizar el cuidado de los bebés y niños muy pequeños.