Salud física

La influenza

La influenza, a menudo llamada gripe, es una enfermedad contagiosa que infecta la nariz, la garganta y, a veces, los pulmones. Esta enfermedad se propaga con rapidez porque:

  • Las personas pueden propagar el virus de la influenza antes de saber que están enfermas y después de sentirse mejor.
  • El tiempo entre la exposición y el momento en que se contrae la infección es corto, generalmente dos o tres días.
  • El virus de la influenza puede permanecer vivo 48 horas en el entorno e infectar a las personas que toquen cualquier objeto contaminado con el virus.

La influenza es más grave que el resfriado común, y la mayoría de las personas con gripe se sienten muy mal. Muchas veces tienen fiebre, dolores corporales, escalofríos, tos, cansancio y, a veces, náuseas, vómitos y diarrea.

Los niños, sobre todo los menores de 2 años y aquellos con afecciones crónicas de salud, corren un mayor riesgo de sufrir complicaciones por la influenza que muchas veces requieren hospitalización. Pero cualquier niño pequeño, incluidos aquellos sin problemas de salud anteriores, puede tener complicaciones. Entre estas complicaciones están:

  • neumonía;
  • dificultad para respirar;
  • inflamación generalizada de los músculos, incluido el miocardio;
  • convulsiones;
  • encefalitis (infección cerebral);
  • cambios en el estado mental (p. ej., confusión, desorientación, pérdida de la lucidez mental);
  • sepsis;
  • muerte.

En la mayoría de los casos, la influenza es estacional y ocurre en el otoño y el invierno. En raras ocasiones, un nuevo virus de la influenza causa una pandemia.

Los programas de la primera infancia deben tomar medidas para prevenir la influenza estacional porque:

  • Es una enfermedad grave que hace que los niños y el personal corran riesgo de complicaciones graves y hospitalización.
  • La influenza impide que los cuidadores asistan al trabajo.
  • Los niños con influenza pierden un valioso tiempo de aprendizaje.
  • Los niños pueden propagar la influenza en la comunidad.
  • Los recursos de la familia se agotan cuando los padres no pueden trabajar.

Cómo los programas para la primera infancia pueden controlar la influenza

Prevención

Sin duda, la mejor manera de prevenir la influenza es vacunándose cada temporada de gripe. Los niños mayores de 6 meses pueden vacunarse contra la influenza. Todos los niños mayores de 6 meses y sus cuidadores deben recibir la vacuna contra la gripe todos los años, preferiblemente antes de finales de octubre.

Los niños que se vacunan contra la influenza tienen muchas menos probabilidades de necesitar hospitalización por complicaciones de la influenza que aquellos que no se vacunan. La vacuna contra la gripe también reduce drásticamente el riesgo de muerte de un niño a causa de la influenza.

El personal debe vacunarse contra la influenza para evitar faltar al trabajo e infectar a otros en la comunidad, pero también para proteger a los niños de sus centros que no pueden vacunarse contra la influenza, incluidos los bebés menores de 6 meses. Los padres, otros cuidadores y familiares de bebés pequeños deben vacunarse contra la influenza para protegerlos.

Control de infecciones

En un entorno de niños pequeños, el control de infecciones no es fácil debido al contacto cercano, los comportamientos apropiados para el nivel de desarrollo, como llevarse los juguetes a la boca y comer con las manos; y el hecho de que los niños pequeños no pueden contener ni controlar sus secreciones nasales y orales. El personal puede ayudar haciendo lo siguiente:

  • Lavándose las manos a menudo durante 20 segundos con una buena técnica de lavado de las manos. Lo más recomendable es usar agua y jabón.
  • Ayudando a los niños a lavarse las manos. Láveles las manos a los bebés con agua y jabón en el lavamanos. Ayude a otros niños, asegurándose de que se laven las manos correctamente.
  • Evitando el contacto con las secreciones nasales y la saliva tanto como sea posible. Enseñe a los niños y al personal a que cuando tosan o estornuden se cubran la nariz y la boca con un pañuelo facial desechable si es posible, o con la parte superior del brazo o con el codo si no hay pañuelos faciales disponibles en ese momento. Enséñeles a todos a limpiar los restos de mucosidad de la piel u otras superficies y a lavarse las manos después de usar pañuelos faciales. Cambie o cubra las prendas de ropa que tengan mucosidad.
  • Desechando los pañuelos faciales después de usarlos.
  • Lavándose las manos después de tocar cualquier artículo que tenga mucosidad o saliva.

Técnica de lavado de las manos

Lavarse las manos es fácil y es una de las formas más eficaces de prevenir la propagación de gérmenes. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades recomiendan estos cinco pasos:

  1. Mojar. Mójese las manos con agua corriente limpia.
  2. Frotar. Aplíquese jabón en barra limpio o jabón líquido en las manos. Si usa jabón en barra, coloque la barra en una rejilla donde pueda drenar antes de volver a usarse.
  3. Restregar. Frótese las manos con fuerza. Restriegue por toda la mano, incluido el dorso, entre los dedos y debajo de las uñas. Siga frotando y restregando durante 20 segundos para eliminar los gérmenes.
  4. Enjuagar. Enjuáguese bien las manos.
  5. Secar. Séquese las manos con una toalla limpia o con una secadora de manos.
  6. Asegúrese de seguir los protocolos habituales de limpieza, saneamiento y desinfección.

Exclusión y readmisión

Por lo general, un niño con fiebre, tos o secreción nasal es probable que no tenga gripe. Pero puede tener otro virus común, incluso durante la temporada de gripe. Es imposible que los trabajadores de la salud evalúen a todos los niños que podrían tener influenza. Usted deberá basarse en los síntomas y el comportamiento del niño y en la política de exclusión de su programa para decidir si un niño necesita atención o no.

Si un niño tiene fiebre y necesita más cuidados de los que el personal puede brindar (como tenerlo cargado todo el tiempo) o si el niño no puede participar en las actividades, entonces lo correcto es excluir al niño. Durante la temporada de gripe, un niño que ha sido excluido por sospecha de influenza debe permanecer excluido hasta que haya pasado un máximo de 24 horas sin fiebre, sin haber tomado medicamentos para bajarla. Los niños son más propensos a propagar el virus de la influenza cuando tienen fiebre.

Aunque es útil, la exclusión por sí sola no es eficaz para prevenir la propagación de la influenza porque el virus está presente antes de que aparezcan los síntomas. Por eso es tan importante vacunarse.

Consejos para trabajar con las familias

Considere los siguientes pasos para fomentar la vacunación contra la influenza estacional:

  • Informe a las familias sobre la gravedad de la influenza y cómo pueden vacunarse de manera fácil. Idealmente, el proveedor de atención médica de un niño debe tener vacunas contra la influenza, pero estas también están disponibles en otros lugares. Con el buscador de vacunas contra la gripe, puede ingresar su código postal y encontrar el lugar más cercano para vacunarse.
  • Organice una clínica contra la gripe en su programa para el personal, los niños y las familias. Muchos proveedores de vacunas pueden ayudar a crear este tipo de clínica en el lugar.
  • Haga un seguimiento de las tasas de inmunización contra la influenza. Enviar recordatorios y consultar con las familias puede hacer que aumenten las tasas de inmunización, lo que reducirá la propagación de la influenza en su centro.

Para su boletín de la familia

Adapte los mensajes a continuación para incluirlos en su boletín de la familia.

La gripe puede ser peligrosa para los niños. Cada año, miles de niños menores de 5 años son hospitalizados a causa de la influenza. La vacuna contra la gripe es segura y ayuda a proteger a los niños de la gripe y sus complicaciones.

Todos deben vacunarse contra la gripe. Todas las personas mayores de 6 meses deben vacunarse contra la gripe para evitar contraerla y que se propague a los bebés que no tienen la edad suficiente para vacunarse.

Vacúnese contra la gripe durante el embarazo. Debido a que las vacunas contra la gripe no se pueden administrar a bebés menores de 6 meses, si usted está cursando un embarazo, puede proteger a su futuro hijo vacunándose contra la gripe. Le estará transmitiendo una protección que durará varios meses después del nacimiento de su bebé.

La vacuna contra la gripe es segura. La vacuna contra la gripe se ha utilizado durante décadas en millones de niños. La vacuna contra la gripe no causa la gripe. Como algunos niños vacunados pueden contraer gripe, algunas personas creen que los niños se contagian con la gripe por haberse vacunado. Los niños vacunados pueden contagiarse sobre todo si no reciben dos dosis, o si la vacuna no se administra lo suficientemente temprano antes de que se expongan a alguien con gripe.

La vacuna contra la gripe puede prevenir la gripe, reducir las hospitalizaciones por gripe y reducir el riesgo de muerte. Muchos niños pueden evitar contraer la gripe gracias a la vacuna. Además, el riesgo de que un niño con gripe tenga que ir al hospital se reduce en un 76 % en aquellos que se han vacunado contra la gripe. El riesgo de muerte por la gripe se reduce al menos a la mitad en los niños que se han vacunado contra la gripe.

En su departamento de salud local hay vacunas disponibles contra la gripe sin costo o a bajo costo. Vacúnese contra la gripe antes de finales de octubre. (Considere ofrecer información de contacto específica para las clínicas de vacunas del departamento de salud más cercanas en su boletín informativo).

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