Me enamoré del programa (Head Start) y durante los últimos 50 años, he participado en él de una u otra manera.
– Linda Dale, exfuncionaria de Head Start, Iron Mountain, MI
En 1965, asistía a la escuela secundaria y trabajaba en el programa de estudio y trabajo de verano. Me asignaron al programa de Head Start de verano que apenas había comenzado. Me enamoré del programa y durante los últimos 50 años, he participado en él de una u otra manera. Cada vez que no tenía clases, entraba al aula de los niños de mi vecino, y trabajaba de voluntaria de vez en cuando.
Cuando estaba embarazada de mi primer hijo, vivía cerca de uno de los conductores de autobús y esa persona me llamaba para que le sirviera de ayudante de autobús cuando hacía falta. Cuando uno de los empleados enfermó, me contrataron. Ocupé los cargos de ayudante de autobús, conductora, coordinadora asistente del aula, coordinadora del aula, visitadora domiciliaria y coordinadora de asociación con la familia y la comunidad. Me jubilé hace dos años, pero todavía hago de sustituta y cubro a alguien cuando es necesario.
He visto las cosas maravillosas que puede hacer este programa para los niños y las familias, entre ellas la mía. Mi nieto nació con el paladar hendido y asistió a Head Start. Uno de los años, mi madre trabajó aquí como sustituta; yo trabajaba aquí; mi hija era voluntaria; y mi nieto estaba inscrito en el programa. Sigo reclutando para el programa, porque creo firmemente en todos los beneficios que ofrece a las familias y los niños.