Muchos pueden dar fe del notable impacto que esta agencia ha tenido en sus vidas y mi familia es una de los miles y miles de familias que puede demostrarlo.
– Irma Morin, directora ejecutiva del Consejo Comunitario de Idaho, Caldwell, ID
Si a los cinco años alguien me hubiera preguntado qué quería ser cuando fuera grande, no me hubiera imaginado diciendo que iba a ser la directora ejecutiva de la organización sin fines de lucro más grande que ofrece servicios a los latinos en Idaho. El camino que tomé para llegar a mi profesión tuvo su origen en las maravillosas experiencias que tuve en lo que antes se conocía como el Consejo de Migrantes de Idaho y ahora se le llama Consejo Comunitario de Idaho, Inc. Muchos pueden dar fe del notable impacto que esta agencia ha tenido en sus vidas y mi familia es una de los miles y miles de familias que están ahí. De niña, estuve inscrita en el "Centro de Head Start De Colores", que en ese tiempo se encontraba en Lakeview Park, en Nampa, ID. En ese tiempo, mi familia no sabía que nuestras raíces con esta agencia no terminarían en un centro de Head Start.
Como una familia migrante, mi familia y yo continuamos nuestro viaje a Lodi, CA, junto a otros campesinos. Yo comencé a trabajar en los campos cuando tenía 11 años. A lo largo de mi infancia, para mí los trabajos más difíciles en el mundo eran los de los trabajadores agrícolas. Como hija de trabajadores agrícolas migrantes, una de los tantos que hay en los Estados Unidos, tuve que enfrentar desafíos para poder tener una educación regular. No fue hasta que mi familia decidió quedarse en Idaho que pude comenzar a crear una conexión con la comunidad. Y tuve la oportunidad de expandir el mundo que había conocido. Con el apoyo de mis padres, me desafiaba a mí misma en todos los sentidos que podía. Que mis padres me vieran caminar por el escenario con el birrete y el diploma de graduada universitaria era el mejor regalo que podía darles después de todo lo que habían hecho por mí.
El camino para lograr esta meta no me fue fácil pero, con ayuda del Consejo Comunitario de Idaho, Inc., pude pagar la matrícula y los libros de texto durante mi carrera universitaria. En 1992, desfilé por el escenario para recibir mi licenciatura en contabilidad de la Universidad Estatal de Boise. Después de mi graduación, sabía lo que quería hacer: retribuirle a la agencia que había hecho tanto por mí. Y exactamente eso fue lo que hice cuando solicité una posición en el Consejo Comunitario de Idaho, Inc.
Cuando hablo con mis padres de la gran repercusión que tienen los programas del Consejo Comunitario de Idaho, Inc. en el estado de Idaho, lo que veo es una amplia sonrisa. No están sonriendo por el título que tengo con esta agencia, sino porque están muy orgullosos de la niña que creció para dedicar su vida a la expansión de los servicios que los trabajadores agrícolas y las poblaciones de bajos ingresos nunca tuvieron ni soñaron con tener.
No hubiera podido llegar tan lejos sin el apoyo constante de mi amado esposo, con quien llevo casada 19 años, y de mis tres queridos hijos.
Mi compromiso con esta agencia no ha cambiado y continúo encontrando maneras de satisfacer mejor las necesidades de los latinos y las poblaciones de bajos ingresos de Idaho.