Lo que ustedes hacen marca una diferencia. Les pido que lo sigan haciendo. Yo no estaría aquí hoy si no fuera por lo que he recibido en Head Start.
– Allie Guzman, exestudiante de Head Start, Weatherford, TX
Diane Gerber, directora del Centro de Desarrollo Infantil de Azle Head Start, escribió para contarnos la historia de Allie Guzmán: yo era asistente de maestro en el Centro de Desarrollo Infantil de Azle Head Start. Nuestra oficina principal nos dijo que tendríamos un nuevo estudiante que tenía discapacidades múltiples. Su pronóstico era muy pobre, con una esperanza de vida aproximadamente de alrededor de 15 años. Padecía de enanismo, paladar hendido, escoliosis y otros problemas de salud que le impedían hacer cualquier cosa que un niño normal de 3 años haría, como comer sola, ir al baño, caminar o hablar. Recuerdo que algunos de los maestros hablaban sobre cuánto tiempo individual tomaría cuidar de esta niña y se preguntaban si seríamos capaces de ofrecer lo que ella seguramente requeriría.
Recuerdo el día que Alejandrina Guzmán llegó al centro por primera vez. Sus dos padres la acompañaron. Su madre era muy tímida y hablaba solo español. Su papá hablaba un poco más de inglés; a regañadientes, confesó que tenía miedo de salir con Alejandrina porque la gente la miraría fijamente y la señalaría con el dedo, y estaba avergonzado por su hija y su esposa. Los dos padres estaban renuentes a dejar a su hija en Head Start, en su tercer cumpleaños, al cuidado de unos extraños. Tan pronto como se les dijo que se podían quedar y servir como voluntarios en el centro, fueron más receptivos y se sintieron más a gusto dejando a su hija entrar en el programa Head Start.
Allie se pasó el día llorando. A su mamá le preocupaba que llorara, pero una maestra, la Sra. Crocker, le aseguró que su llanto era normal para un niño que nunca había estado fuera del cuidado de su mamá y de su papá, y que por favor dejara que los maestros trabajaran con ella. Así, todos los días durante un mes, la mamá de Allie la traía a la escuela, se quedaba de voluntaria y Allie lloraba.
A todos los maestros les encantaba trabajar con Marta, la mamá de Allie. Ella estaba aprendiendo a hablar inglés en la misma aula de su hija. Los ayudaba con Allie, cambiándole el pañal y dándole de comer. Un día, Allie dejó de llorar a diario y comenzó a disfrutar la escuela. Al principio, recelosa de los otros niños debido a su tamaño en comparación con ella, era tímida y evitaba interactuar con ellos. Sin embargo, pronto empezó a sonreírles y trataba de comunicarse lo mejor que podía.
Durante este primer año en Azle, le hicieron remisiones y concertaron citas con la ayuda de Head Start, para atender algunos de los problemas físicos de Alejandrina. Se le corrigió el paladar hendido, le enderezaron las piernas con aparatos y se sometió a una cirugía de la columna para ayudarla con la escoliosis. Allie fue a muchos especialistas durante este tiempo, entre ellos, neumólogos y gastroenterólogos, para atenderse los problemas de respiración y alimentación que tenía debido a su pequeña estatura. A los 3 años, medía solo 19 pulgadas, el tamaño de un recién nacido.
Después de todas las operaciones, Head Start, con la ayuda y el apoyo de los servicios de United Way, coordinó con fisioterapeutas, logopedas y terapeutas ocupacionales para que vinieran al centro a trabajar con Allie. Esa niñita aprendía tan rápido; estábamos todos asombrados. En poco tiempo estaba caminando, al principio con la ayuda de un andador, luego ella sola. Aprendió a hablar, y trajeron un equipo adaptable especial para ayudarla a comer sola, a ir al baño, a hacer trabajos de arte y a ser muy independiente.
Cuando salió de Head Start para comenzar en kínder, se había robado el corazón de todo el mundo y se había convertido en una fuente de inspiración en cuanto a lo que podría lograrse frente a enormes desafíos, con el apoyo adecuado de personas compasivas, como los maestros y el personal de apoyo en Head Start, Intervención en la primera infancia (ECI), el United Way, el sistema de atención médica Cooks Children's y el hospital Shriners. Allie leía, escribía, caminaba y se volvía más autosuficiente cada día. Floreció su confianza y se hizo amiga de todos sus compañeros de clase, fue ayudante de sus maestros y también una estudiante destacada académicamente. Ya se iba, y tenía una buena ventaja.
Allie comenzó en kínder y progresó rápidamente. Al año siguiente, cuando estaba en primer grado, regresó a Azle Head Start como voluntaria. Volvió a sus raíces y leyó un libro en cada salón de clase. Instó a los niños a escuchar a sus maestros y a leer mucho. Fue un lindo momento que siempre recordaré. "Por esto es que hacemos lo que hacemos", recuerdo que pensé en ese momento.
En los años siguientes, la madre de Allie dio a luz a tres niños, y todos asistieron al centro Azle Head Start. Marta continuó siendo voluntaria de manera regular, pero se mantuvo muy activa en las actividades de Allie también. Todos están en escuelas públicas ahora, pero nos visitan de vez en cuando para mantenerse en contacto. Yo soy ahora la directora del centro.
A lo largo de los años, he visto muchas veces la foto de Allie en el periódico local. En primer lugar, como miembro del equipo de animadoras, alentando al equipo de fútbol local. Luego, más recientemente, como la reina del partido inaugural de Azle, un honor que le otorgaron sus compañeros.
Alejandrina Guzmán se graduó de la escuela secundaria de Azle y estuvo entre el 10 por ciento de los mejores de su clase. Hablé con ella y con sus padres y le preguntó si Allie quería ser oradora invitada, como exalumna de Head Start, en el congreso de formación en servicio de Head Start en agosto. Todos estuvieron de acuerdo enseguida. Allie se dirigió a los maestros, asistentes de maestros, personal de apoyo y equipo directivo durante el día de apertura del congreso. Su mensaje para todos y cada uno de los asistentes fue lo más importante que podían oír: «Lo que ustedes hacen marca una diferencia. Les pido que lo sigan haciendo. Yo no estaría aquí hoy si no fuera por lo que he recibido en Head Start".
Alejandrina ahora está asistiendo a la universidad y piensa convertirse en abogada. Actualmente es pasante en un despacho de abogados. Ella quiere ayudar a luchar por los derechos de las personas discapacitadas. Es sin duda una persona formidable, y alguien a quien agradezco tener a mi lado.