Prácticas de seguridad

Preparación para un huracán

Los huracanes son tormentas tropicales que comienzan en las cálidas aguas del trópico. Las tormentas tropicales presentan fuertes vientos y tormentas eléctricas en forma de espiral dispuestos alrededor de un ojo central. Cuando los vientos máximos sostenidos de una tormenta tropical alcanzan las 74 mph, esta se considera un huracán. Los huracanes también pueden denominarse tifones o ciclones tropicales, dependiendo del área geográfica donde ocurra la tormenta.

Aunque los huracanes se debilitan cuando tocan tierra, causan daños considerables en las costas debido a sus fuertes vientos, lluvias, olas altas, marejadas ciclónicas y tornados. El Atlántico Norte tiene una temporada de huracanes específica: del 1 de junio al 30 de noviembre, cuando ocurre la gran mayoría de los huracanes. Pero los huracanes del noroeste del Océano Pacífico pueden ocurrir durante todo el año.

Cómo los programas Head Start hacen frente a los huracanes

La preparación para cualquier desastre consta de tres partes: preparación, respuesta y recuperación. Para obtener más información sobre cómo hacer un plan de emergencia, lea el Manual de preparación para emergencias para programas de la primera infancia.

Los planes de emergencia deben:

  • ser específicos para el programa de la primera infancia,
  • ser pertinentes para desastres naturales, tecnológicos y provocados por el hombre que puedan ocurrir donde se encuentra el programa,
  • poder llevarse a cabo durante las horas de operación del programa,
  • ser coordinados con funcionarios estatales de licencias y emergencias,
  • leerse, revisarse y practicarse al menos cada seis meses.

Preparación

Siga los Requisitos y recomendaciones nacionales para la preparación para las emergencias en cuidado infantil y cualquier otro requisito de su jurisdicción.
En general, estas recomendaciones incluyen las siguientes ocho directivas de planificación:

  • Crear y mantener vigente un plan de emergencia por escrito.
  • Mantener la información necesaria para proteger la salud y seguridad de los niños y del personal durante las emergencias.
  • Crear y llevar a cabo planes y procedimientos para comunicarse con las familias antes, durante y después de las emergencias y para reunir a los niños con sus familias.
  • Estar preparado para evacuar, refugiarse en el lugar o cerrar la instalación.
  • Tener y mantener el equipamiento, los suministros y los materiales necesarios para cuidar y evacuar a los niños y al personal durante las emergencias y para comunicarse con los padres, miembros del personal y agencias comunitarias durante una emergencia.
  • Preparar a los miembros del personal para que puedan proteger la salud y la seguridad de los niños durante una emergencia.
  • Proteger la salud y la seguridad de niños y adultos con necesidades especiales y problemas médicos crónicos durante una emergencia.
  • Proteger la información y los activos del programa para ayudar a garantizar que el programa pueda continuar ofreciendo cuidado infantil después de una emergencia.

Respuesta

Una vez que los gerentes del programa deciden que es inminente que un huracán tocará tierra, la respuesta debe seguir estas etapas:

  • Decidir la respuesta adecuada (p. ej., evacuación, refugio en el lugar o cierre de emergencia).
  • Activar el plan de respuesta ante emergencias.
  • Mantener la comunicación con todo el personal y los socorristas.
  • Decidir qué información hay que comunicar al personal, los maestros, asistentes, niños, las familias y a la comunidad.
  • Prestar primeros auxilios de emergencia según sea necesario.

Recuperación

Después de que el huracán haya pasado y los socorristas o las agencias locales decidan que es seguro regresar a la instalación, puede comenzar la recuperación. La recuperación comienza cuando termina la emergencia y concluye cuando las necesidades del personal, los niños y las familias estén satisfechas. Puede durar días, semanas, meses o incluso años. La recuperación incluye:

  • reparar o reconstruir la instalación y restaurar los servicios,
  • satisfacer las necesidades físicas, de salud y emocionales de los niños, las familias y el personal,
  • ofrecer un entorno de apoyo y cuidado que devuelva la normalidad a la vida de los niños.

Recuperación ambiental

Los huracanes pueden causar daños tanto por sus fuertes vientos como por las inundaciones. Utilice una herramienta de evaluación de daños (en inglés) para inspeccionar las instalaciones interiores y exteriores. Póngase en contacto con las autoridades locales para informarse sobre los procedimientos adecuados para evaluar los daños causados por el viento o los tornados y los daños estructurales a un edificio. No entre a un edificio dañado hasta que las autoridades locales decidan que es seguro hacerlo.
Las crecidas, ya sean provocadas por las lluvias, las olas o las marejadas ciclónicas, transportan muchos contaminantes que pueden causar enfermedades. Estos contaminantes pueden hacer que las afecciones médicas empeoren y provocar infecciones y enfermedades infecciosas. Reanude los servicios únicamente cuando pueda ofrecer atención a los niños sin ningún peligro en los centros y áreas de juego al aire libre.

Si los centros o parques infantiles se inundaron, pruebe la calidad del aire interior y la de los suelos de la zona de juegos exterior, para asegurarse de que los niveles de contaminantes sean seguros para los niños desde el nacimiento hasta los cinco años. Limpie e inspeccione cuidadosamente los objetos porosos hechos de madera, tela o papel para asegurarse de que no tengan contaminantes que representen un peligro para los niños y el personal.

Todos los requisitos estatales para las licencias relacionados con la reapertura de los centros después de un huracán también deben cumplirse antes de que se reanude el servicio en los centros. Las autoridades de salud locales y estatales tienen información sobre los protocolos de recuperación. Puede encontrar más información sobre la recuperación de inundaciones en el sitio de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.

Apoyo a los niños, las familias y al personal durante la recuperación

Parte de la recuperación de un huracán incluye ocuparse de la salud general y la salud mental de los niños, las familias y el personal. Los niños, las familias y el personal de Head Start pueden padecer estrés e incluso trauma. Las reacciones ante un desastre como un huracán varían dependiendo de la persona, y esa reacción puede durar poco o mucho tiempo. Colabore con agencias locales y socios para asegurarse de que todos los niños reciban los servicios de salud física y mental necesarios lo más rápido posible. Si algún niño que acaba de quedarse sin hogar se matricula en el programa, averigüe rápidamente su estado de salud y sus necesidades inmediatas.

Es mejor incluir la información de recuperación en el plan de preparación para que el personal esté familiarizado con los materiales disponibles para ayudar a las familias durante la recuperación de un huracán. Algunas opciones son:

  • Primeros auxilios psicológicos (en inglés) es un recurso con un enfoque basado en la evidencia para ayudar a los niños y las familias después de un desastre. El manual de campo incluye folletos para padres, cuidadores y niños desde el nacimiento hasta los 5 años.
  • Ayudar a su hijo a superar un desastre es una hoja de consejos que brinda herramientas a las familias y al personal para ayudar a los niños luego de un desastre o crisis.

Consejos para trabajar con las familias

La mejor manera de ayudar a las familias a sobrellevar un huracán es prepararlas antes de que este ocurra.

Protocolos de comunicación de emergencia. Informe a las familias por escrito de qué forma el programa se comunicará con ellos en caso de una emergencia (por mensaje de texto, llamadas de voz, correos electrónicos), cuáles son los procedimientos de evacuación del programa y dónde deberán recoger a sus hijos. Pruebe los sistemas de comunicación de emergencia (texto, llamadas de voz, correos electrónicos) para que las familias y el personal estén al tanto de los procesos.

Preparación del hogar familiar. Instruya a las familias sobre cómo preparar sus hogares para un huracán y brinde información sobre las orientaciones estatales o locales.

Comparta los recursos de recuperación antes de que ocurra un huracán. Brinde información de recuperación a las familias periódicamente para que comprendan los recursos de los cuales podrán disponer luego de un huracán. Por ejemplo, la Administración de Salud Mental y Abuso de Sustancias (SAMHSA, sigla en inglés) ofrece una Línea de Ayuda para los Afectados por Catástrofes, de voz o texto, atendida por consejeros capacitados.

Para su boletín de la familia

Adapte los mensajes a continuación para incluirlos en su boletín de la familia.

¿Por qué planificar ante la ocurrencia de un huracán? Los huracanes pueden dañar su hogar y cortar el suministro de energía o agua. Si se interrumpe el suministro de agua, los niños pequeños pueden deshidratarse con más rapidez que los adultos o los niños de más edad. Los niños pequeños también corren más riesgo de enfermarse por sustancias químicas que pueden estar en las aguas de las crecidas y el moho que crece rápidamente después de una inundación.

Escuche el servicio meteorológico para obtener instrucciones. Conozca la diferencia entre una alerta de huracán (las condiciones son favorables para un huracán) y una advertencia de huracán (se acerca un huracán).

Planifique la evacuación. Decida con anticipación a dónde pretende ir y las mejores rutas. Las autoridades locales pueden dar información sobre los refugios. Listo Calixto se prepara para los huracanes puede ayudar a su familia a prepararse.

Haga un kit de suministros de emergencia que tenga alimentos y agua para tres días (y revíselo con regularidad para verificar la fecha de vencimiento), medicamentos (recientes para que no caduquen), lejía (para desinfectar el agua y limpiar), linternas y un extintor de incendios.

Aprenda cómo desinfectar el agua para beber. Si los suministros de agua están contaminados o interrumpidos, debe saber cómo obtener agua potable después de un desastre natural (en inglés). Puede hervir el agua durante un minuto antes de usarla. Si no puede hervir el agua, use lejía para desinfectarla. Siga las instrucciones del recipiente y deje reposar el agua tratada durante 30 minutos antes de usarla. Si no ve instrucciones, agregue un poco menos de 1/8 de cucharadita de cloro por cada galón de agua limpia.

Otros problemas relacionados con el agua. Si se le ordena refugiarse en el lugar, considere llenar recipientes de un galón con agua para descargar los inodoros. No llene la bañera, a menos que esté seguro de que los niños pequeños no pueden entrar al baño solos. Una bañera con agua implica un riesgo de ahogamiento.

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