Desarrollo perceptual, motor y físico
El Desarrollo perceptual, motor y físico es fundamental para el aprendizaje de los niños en todas las áreas, porque les permite explorar y desenvolverse plenamente en su entorno.
Esta área del desarrollo está representada por cuatro elementos: percepción, motricidad gruesa y fina, salud, seguridad y nutrición.
La percepción se refiere al uso, por parte de los niños, de sus sentidos para reunir y comprender información y responder al mundo que los rodea. Utilizar la información perceptual es primordial en las interacciones, exploraciones y el entendimiento de las experiencias por parte de los bebés y niños pequeños. Eso les ayuda a comprender y dirigir sus experiencias cotidianas, como presionar más la arcilla que la plastilina para hacer un proyecto de arte o caminar con cuidado sobre una superficie resbaladiza. Es posible también que los preescolares dependan de la información perceptual para desarrollar un mayor conocimiento sobre sus cuerpos en el espacio y moverse eficazmente para realizar tareas, como patear una pelota a un amiguito.
Las destrezas motrices ayudan a que los niños exploren plenamente su entorno e interactúen con personas y cosas y, de este modo, se respalda el desarrollo en todos los dominios. La motricidad gruesa se refiere al movimiento del cuerpo entero utilizando los músculos más grandes, como los de los brazos y las piernas. En los bebés, la motricidad gruesa sirve para controlar mejor la cabeza, el cuello y el torso, para ponerse de pie o sentarse. También incluye las destrezas locomotrices que emergen después, como caminar, lanzar y estirarse. Los preescolares logran aun más control de sus cuerpos, lo cual contribuye a aumentar su confianza y la habilidad de participar en juegos sociales. Por ejemplo, a medida que los niños aprenden a coordinar sus movimientos, se preparan para aprender a pedalear un triciclo y jugar a la mancha/anda.
La motricidad fina se refiere a usar los músculos pequeños del cuerpo, especialmente los de las manos y los pies. Los niños utilizan su motricidad fina para agarrar, sostener y manipular objetos pequeños, como sus vasos o artículos como las tijeras o brochas de pintar. Al lograr la coordinación visomotriz (de ojos y manos), los preescolares aprenden a dirigir el movimiento de sus dedos, manos y muñecas para realizar tareas más complejas, como dibujar detalles finos o enhebrar cuentas pequeñas. Los niños pueden practicar y refinar sus destrezas motrices gruesas y finas durante una variedad de experiencias de aprendizaje y también durante las rutinas de autoayuda, como comer con tenedor o vestirse.
El cuarto elemento del desarrollo perceptual, motor y físico es la salud, seguridad y nutrición. El bienestar de los niños depende de una cantidad de factores, como su conocimiento y uso de comportamientos y rutinas seguras y saludables. Por ejemplo, los niños pequeños están aprendiendo a usar el cepillo dental guiados por los adultos. A medida que los preescolares se vuelven más coordinados, pueden poner pasta de dientes en el cepillo por sí mismos. La habilidad de los niños de mantenerse seguros y sanos, por ejemplo, comunicar a los adultos cuando tienen hambre o están enfermos es sumamente importante de por sí y esto contribuye al aprendizaje y desarrollo en todas las áreas.
Por muchas razones, el ritmo y la trayectoria del desarrollo perceptual, motor y físico varía en los niños pequeños. Hay que tener en cuenta las diferencias culturales e individuales. En algunas culturas, los niños usan brochas para escribir sus nombres o utensilios para comer que requieren una gran coordinación visomotriz. El desarrollo de la motricidad fina puede diferir entre los niños debido a las experiencias de su vida. Las preferencias alimentarias de los niños se basan en su cultura y pueden rechazar los alimentos que normalmente se consideran saludables en otras culturas. Los niños con discapacidades pueden requerir instrucciones o adaptaciones más individualizadas. Por ejemplo, los niños con discapacidades físicas pueden necesitar adaptaciones, modificaciones o tecnología asistencial, para ayudarlos a mover o sostener los utensilios. Los niños que tienen desafíos de integración sensorial-motriz pueden también necesitar adaptaciones. Con el apoyo adecuado, todos los niños pueden lograr buenos resultados en su desarrollo perceptual, motor y físico.
El desarrollo de la motricidad gruesa permite que los niños exploren su entorno y experimenten con distintas maneras de moverse. A medida que los niños desarrollan movimientos más coordinados y complejos con sus músculos grandes, podrán participar en una variedad de actividades físicas.
Última actualización: May 21, 2024